Probablemente os suene la historia de la “niña de la curva” que tanto hemos escuchado desde pequeños, y es que las historias o leyendas de terror son un elemento de la cultura que a veces puede pasar desapercibido. Y cómo podéis pensar, en Corea del Sur también podemos encontrar historias como esta, leyendas terroríficas, y algunas un poco divertidas o absurdas, que se han ido contando para asustar a los menores y a los no tan pequeños. De esta manera, os hablaremos de cinco historias coreanas que os pondrá los vellos de punta a los más miedosos, o al menos, os divertiréis un rato si sois más escépticos. ¿Comenzamos?
Esta recopilación de leyendas han sido extraídas de una web, namuwiki, donde se exponen las historias de un webtoon llamado “무서운 게 딱 좋아”, el primer volumen.
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맹세의 서약서 – Juramento.
La historia comienza cuando una mujer trabajadora de unos 20 años llamada ‘Hong Kyung-hee’ llegó a casa después de una cena. Al entrar, su madre le informó que había llamado una compañera de secundaria. Cuando Kyung-hee le preguntó por su nombre, su madre le dijo que era ‘Choi Seong-hye’. Choi Seong-hye era la mejor amiga de Kyung-hee en el segundo año de secundaria.
Seonghye era bonita, inteligente y popular en su entorno, por lo que estaba orgullosa de ser su amiga. Cuando ingresaron a tercer grado, la clase se dividió y ambas hicieron promesa de amistad.
“Hong Kyung-hee y Choi Seong-hye juramos ser amigas para siempre. Siempre pensaremos la una en la otra y nos amaremos. Si una de nosotras muere primero, la otra también morirá.”
Después de que Seong-hye le diera el juramento escrito a Kyung-hee, ella sacó un cuchillo, se cortó el dedo y lo manchó con sangre. Incluso en tercer grado, siempre permanecían cerca la una de la otra, pero con el tiempo, fueron a diferentes escuelas y perdieron el contacto.
Volviendo a la actualidad, Gyung-hee revisó una caja para encontrar su cuaderno de secundaria y llamar a Seong-hye. Sin embargo, la casa a la que llamó no era la casa de Seong-hye. Pensando que pudo haberse mudado, al día siguiente, Kyung-hee llamó a su compañera de clase de la escuela secundaria, Young-ae, y le preguntó si conocía la información de contacto de Seong-hye, pero Young-ae le dijo que esta murió en un accidente automovilístico en un día lluvioso el año pasado. Tras escuchar esto, Kyung-hee entró en pánico y dijó: «¿Qué pasa entonces con esa llamada?»
Otra vez, cuando Kyung-Hee regresó a casa del trabajo, su madre le dijo que había recibido otra llamada de Seong-Hye, y Kyung-Hee se sorprendió. La madre le dió el número de teléfono, siendo el primer dígito 000-2324. Al ver esto, Kyung-hee se emocionó al recordar que se hicieron amigas cuando estaban en la escuela secundaria porque Seong-hye era la número 23 y ella la número 24. Kyung-hee miró su álbum de secundaria y vió que todavía estaba la promesa de amistad. Después de unos días, la madre dijo que Seong-hye había vuelto a llamar. Kyeong-hee, sentándose, recordó la parte de la promesa que decía que si una de ellas moría, la otra moriría también, y sollozando pensó que qué clase de broma era esa. En el momento en que su madre vió a Kyung-hee asustada, recibió otra llamada telefónica. Kyung-hee todavía estaba aterrorizada y le dijo a su madre que dijera que ella no estaba en casa. La madre contestó el teléfono e informó que la llamada venía de parte de Seong-hye. Kyung-hee al borde de un colapso mental le pidió de nuevo que dijera que no estaba, pero su madre ya había dicho que se encontraba a su lado, por lo que terminó contestando el teléfono. Temblando lo cogió, sin embargo, la persona que llamó era Choi Seong-hye, quien estaba en la misma clase en el tercer año de secundaria. En otras palabras, era una ex alumna con el mismo nombre, que antes era la presidenta de la clase en el tercer año de la escuela secundaria.
Seong-hye, que estaba viva y bien, la invitó a una reunión de la clase, y Kyung-hee subió a su habitación con el corazón alegre, riendo de lo absurda que había sido la situación.
Quemando el juramento, se sintió aliviada mientras pensó que había sido tonta por guardarlo. Esa noche, tras un rayo, llovía con fuerza, y Kyeong-hee, que dormía con la ventana abierta debido al calor, se levantó para cerrarla para que no entrara la lluvia. Sin embargo, mientras la cerraba alguien le agarró de la mano:
«Recordarás, nuestra promesa… jurada con sangre»
Al escuchar la voz, Kyung-hee reconoció que se trataba de Seong-hye, su mejor amiga.
Seong-hye le dijo que tenía un juramento más y mostrándolo dijo:
«Aquí… hay otro. Ahora, ¿deberíamos mantener nuestra promesa? Vamos…»
Seong-hye en la forma de un gélido fantasma apareció frente a Kyung-hee, terminando nuestra historia con los gritos de Kyung-hee.
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입원실의 백합꽃 – El lirio de la habitación del hospital.
La historia comienza con un escritor acostado en una habitación de hospital. Una mujer se acercó al artista con un lirio blanco, murmurando: «La fecha límite para el trabajo es urgente, pero se ha derrumbado por el exceso de trabajo y está hospitalizado». La mujer era una lectora a la que le gustaban los libros del autor, y acudió a verlo tras enterarse de que el escritor estaba hospitalizado. En el fondo, el artista nunca la había visto antes y se preguntaba cómo supo que estaba hospitalizado. La mujer sonrió extrañamente mientras salía de la habitación del hospital y dijo que rezaba por su pronta recuperación. Después de que la mujer se fuera, el artista pensó que era una mujer extraña, ya que las flores blancas como los lirios y los crisantemos se utilizan para los funerales, y murmuró: «Trayendo un lirio que no ha florecido». El escritor al día siguiente estaba cansado y parecía empeorar a pesar de que no tenía nada que hacer.
Unos días después, otro paciente ingresó a la habitación. Era un niño que se encontraba de buen humor luego de ser trasladado de la unidad de cuidados intensivos a una habitación del hospital general. El niño escuchó de la enfermera que sería dado de alta después de permanecer en la habitación del hospital durante unos días, pero que su cuerpo empezó a deteriorarse durante los próximos días. Los médicos y las enfermeras también estaban desconcertados ya que se suponía que el niño debía ser dado de alta, pero ahora se encontraba en estado crítico. No se encontraron nada extraño incluso cuando se tomaron radiografías, y el área lesionada original se había curado por completo mediante cirugía. Al final, después de 15 días, el niño, al igual que el escritor, también murió.
La enfermera encontró los lirios mientras ordenaba el resto de la habitación del hospital. Miró las flores aún frescas, y se extrañó de que no se hubieran marchitado en lo más mínimo. La enfermera entró en pánico y soltó el jarrón, y al ver el líquido rojo esparcido por todo el piso gritó horrorizada. El jarrón estaba lleno de sangre, no de agua.
En otras palabras, el lirio vivía fresco y no se marchitaba, comiendo la sangre y el espíritu de los pacientes. Dado esto como un regalo, parece que la mujer era una 사신 (Baal, dios falso).
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악마의 초상화 – El retrato del diablo.
La historia comienza en un parque lleno de gente en primavera. Mi-sun, una estudiante de arte y artista callejera, pintaba retratos en el parque para ganar dinero para sus estudios. Sin embargo, mientras otros pintores tenían muchos clientes y ganaban dinero por sus cuadros, Mi-sun era incapaz de ganar dinero porque no tenía clientes, hasta que se le acercó un caballero. Dijo que quería un retrato y se sentó. Mi-sun se sentía un poco extrañada porque el señor llevaba puesto un traje de invierno en un soleado día de primavera, pero igualmente empezó a dibujar. Sin embargo, los ojos del caballero eran penetrantes y Mi-sun no podía mirarlos. Normalmente tardaba dos o tres minutos en hacer un dibujo, pero había pasado casi una hora y no lo había terminado. De repente, el caballero se levantó y le preguntó si ya había acabado. Mi-sun se asustó porque creía que se iba a enfadar, pero no fue así, el señor le pagó 10.000 won por el cuadro y le dijo que volverá mañana.
Mi-sun pensó en el caballero cuando llegó a su casa, pero no podía recordar sus rasgos, lo cual era extraño. A la mañana siguiente, Mi-sun salió temprano, pero no había clientes. Estaba decepcionada porque no podría pagar la matrícula de la escuela. Era casi de noche, y el caballero del día anterior volvió. Le pidió que terminara de dibujarlo, así que ella empezó a dibujarlo de nuevo. Tuvo que dibujarle los ojos del caballero, pero eran fieros y ella no podía mirarle. De repente, el caballero le habló. «Envidio tu talento, jovencita. Me encantaría tener esos brazos». Mi-sun creía que era un cumplido, pero le daba escalofríos, así que se apresuró a seguir dibujando. El caballero le dijo que lo terminara y que se lo llevaría el próximo fin de semana. Al oír esto, Mi-sun volvió la vista al lugar donde estaba el caballero, pero éste no aparecía por ninguna parte y había un fajo de billetes sobre la silla. Mi-sun se extrañó de que el caballero hubiera desaparecido tan rápido y le preguntó a un pintor callejero que estaba a su lado adónde había ido, pero el pintor le dice que pensaba que Mi-sun estaba practicando su pintura sola.
Esa noche, de vuelta en casa, Mi-sun afiló los lápices y volvió a dibujar el retrato del caballero. Esta vez lo hizo sin esfuerzo y terminó el dibujo mientras se preguntaba por qué no había sido capaz de terminarlo antes. A la mañana siguiente, Mi-sun no se presentó en la escuela y no contestaba al teléfono, lo que hizo que su amiga se presentara en su casa. La puerta estaba abierta y Mi-sun yacía en el suelo con el brazo derecho amputado. Después de un rato, Mi-sun fue llevada al hospital, y su amiga preguntó a la policía si le habían robado. El detective dijo que sus heridas no ponían en peligro su vida, pero que le han cortado el brazo derecho y no lo encontraban por ninguna parte. Señaló el cuadro y le preguntó a Mi-sun qué era: un retrato del caballero que acudió a ella, con una sonrisa asesina y la mirada al frente, con la boca claramente manchada de sangre. La amiga de Mi-sun se quedó perpleja, diciendo que ella no pintaba así, y el detective que estaba a su lado dijo: «¿Es el diablo? Mira la sangre que tiene en la comisura de los labios. Parece que acaba de morder algo».
Cuando Mi-sun terminó el cuadro, el caballero del retrato se movió y le arrancó el brazo a Mi-sun. Él le pagó, pero la trampa es que la factura del hospital será mucho mayor.
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한밤의 간호사 – Enfermera de medianoche.
Un niño estaba ingresado en la habitación de un gran hospital general. La madre del chico salió de la habitación diciendo que mañana le operarían. Ella pasaría la noche con su hermana en una posada y que la llamara si pasaba algo.
Eran las dos de la madrugada, pero el chico no podía dormir, así que salió de la habitación y se puso a dar vueltas por el hospital. Una enfermera lo vió deambulando y le preguntó qué le pasaba. Él contestó diciéndole que simplemente no podía dormir y que estaba nervioso porque mañana le operarían, y la enfermera sonrió al oír eso. En su etiqueta ponía «Hyun-sook Lim», y el chico pensó que era la primera vez que la veía. La enfermera puso la mano en la frente del chico para comprobar si tenía fiebre, pero el chico sintió tanto frío que se apartó, fijándose en las uñas de la enfermera Lim. Al verlas se sorprendió y se preguntó qué clase de enfermera tendría las uñas tan largas. En ese momento, la enfermera Lim se cubrió las uñas, y al niño le hizo gracia como intentaba ocultarlas. El chico pensó que la cara de la enfermera también era muy pálida, y asustado quería volver a la habitación para evitarla. En ese momento, la enfermera Lim le pidió tomarle el pulso. Mientras tanto, el chico ni siquiera la miró porque sus uñas le daban mucho miedo. En ese instante, se encontró un trozo de papel sobre la mesa, con las palabras «Perdóname» escritas por todas partes. La enfermera Lim lo tapó rápidamente, y el chico creyó que solo se trataban de garabatos. La enfermera Lim le dijo entonces que su pulso era irregular y lento, y que tenían que adelantar la operación. El chico se sorprendió, le preguntó si pueden operar a estas horas de la noche, pero la enfermera Lim le dijo que esperase en su habitación y que vendría a buscarle pronto.
Mientras estaba sentado en la habitación del hospital, el chico nervioso pensó que algo iba mal e intentó ponerse en contacto con su madre. Sin embargo, el teléfono de la habitación del hospital que funcionaba hasta ahora, estaba extrañamente atascado, así que intentó salir de la habitación con una moneda para usar un teléfono público, pero la puerta estaba cerrada desde fuera. Pensando que había sido la enfermera Lim, intentó llamar a otra enfermera por el el interfono, pero era la misma enfermera Lim de antes. El chico estaba aterrorizado.
A las 4 de la mañana, alguien entró en su habitación. Era la enfermera que estaba a cargo del chico. Esta le preguntó que qué estaba haciendo y por qué las luces estaban encendidas a esas hora. El chico le contestó que se encontró antes con una enfermera llamada Lim Hyun-sook y que le dijo que le iban a operar. La enfermera encargada se sorprendió y volvió a preguntar si era Lim Hyun-sook. El chico dijo que sí y la enfermera se quedó confusa. Hace exactamente un año, un paciente que esperaba para ser operado tuvo un ataque repentino en mitad de la noche, y la enfermera Lim, que estaba de guardia en ese momento, estropeó el tratamiento y el paciente murió. Debido a su sentimiento de culpa, dejó una nota de suicidio y se ahorcó.
Por favor perdóname, por favor perdóname… Por favor lo he hecho mal… Perdóname, lo siento mucho… Perdóname, lo siento mucho… Perdóname… Perdóname… Perdóname…
El chico pensó que la nota que vio antes era la nota de suicidio. La enfermera a cargo le dijo al chico que había visto un fantasma, y la historia termina con la enfermera diciéndole al chico que la habitación 605 es la habitación donde ingresó el paciente que murió, y que fue en esta habitación donde la enfermera Lim se ahorcó.
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무서운 돌사진 – Fotos del primer cumpleaños que dan miedo.
Comienza con la madre de un niño llamado Jun-yeong que iba a un estudio fotográfico para tomar las fotografías del primer cumpleaños de su hijo, pues familiares se iban a reunir para celebrarlo. La madre de Jun-yeong mientras caminaba por la calle, vio un nuevo estudio fotográfico.
En el estudio, el fotógrafo le estaba haciendo fotos a otro bebé. Llamándola por un nombre, Joo-hee. Intentó sacarle las fotos, pero la niña no escuchaba. Así que, haciendo un gesto en el aire trató de llamar su atención. ‘¿Qué están haciendo en el aire?’, preguntó la madre de Jun-yeong a la madre de la niña. Esta le contó que su hija era Hyun-gyeong, a lo que la madre de Jun-yeong le preguntó que por qué entonces el fotógrafo le llamó Joo-hee. La madre de Hyun-gyeong le contó que el fotógrafo tenía una hija que murió el año pasado y su nombre era ‘Joo-hee’. Originalmente, tenía un estudio fotográfico en otro vecindario y el negocio era muy bueno. Sin embargo, el año pasado, un niño del barrió que intimidaba a su hija la mató envolviéndole un rollo de película alrededor del cuello en el estudio fotográfico. Joo-hee murió sin que pudiera tomar una foto de su primer cumpleaños, por lo que está tan triste que cuando veía niños de su edad, los sentía como sus hijos. La madre de Joon-Young y la madre de Hyeon-Kyung sentían pena por ellos y dijeron: «Es muy triste para él tomar fotos del primer cumpleaños».
El fotógrafo terminó de tomarle fotos a Hyun-gyeong, le indicó que viniera a buscarlas mañana y la guió a la salida, ya que era el turno de Jun-young.
Cuando el fotógrafo vió a Jun-young le dijo a la madre: «Eres un chico guapo. A nuestro Joo-hee le gustará». La madre, que acaba de enterarse del suceso con su hija fallecida llamada Joo-hee, se le puso la piel de gallina. Mientras tomaba fotografías de Jun-young, el fotógrafo llamaba a Jun-young por el nombre de Ju-hee y le dijo que se pusiera de pie. Extrañamente, la madre de Joon-yeong le dijo al fotógrafo que prefería la postura sentada y erguida, pero él no la escuchaba y seguía tomando fotografías. En el momento en que la madre de Jun-young pensó que la estaba ignorando y fingía no escucharla, a punto de decir algo, a través del flash de la cámara el humo de detrás de Jun-young se desvanecía poco a poco. La madre de Joon-yeong, que ya estaba asustada por todo lo sucedido, se apresuró a abrazar a Jun-yeong. El fotógrafo dijo con desconfianza: «Joo-hee. Tus fotos saldrán bien. Tienes un novio maravilloso». La madre de Joon-Young salió del estudio fotográfico y murmuró: «Es un mal fotógrafo».
Al día siguiente, cuando fue a buscar las fotos, vió a la madre de Hyun-kyung salir corriendo del estudio de fotografía y romper las fotos mientras lloraba. Al entrar al estudio fotográfico, la madre de Jun-young recibió una foto mientras que el fotógrafo decía que salió muy bien. En la foto tomada, estaba Jun-young, y detrás salía una chica con cabello largo (Ju-hee) sonriendo brillantemente, con una película roja envuelta alrededor de su cuello.
Artículo realizado por: Marina Rico y Rosa Guzmán, Estudiantes de Estudios de Asia Oriental, Mención Corea, Universidad de Málaga.
Bibliografía: