El 3 de febrero se celebra anualmente en Japón el Setsubun (節分). Si bien no es festivo nacional, es una tradición que se remonta a más de 7 siglos. En Japón se tiene la creencia de que los Oni traen consigo enfermedades y pobreza. Por esto mismo, cada vez que se celebra el Setsubun, se busca limpiar del cuerpo los malos espíritus y liberar a las personas de los Oni. Esta limpieza y liberación se consigue a través de un ritual purificador conocido como Mamemaki (豆まき).
En el Mamemaki, el cabeza de familia suele encargarse de lanzar semillas de soja hacia una puerta u otro familiar con una máscara de Oni al grito de “¡Oni wa soto!¡Fuku wa uchi!” (鬼は外、福は内). Esta frase podría traducirse como “¡Fuera los demonios!¡Que entre la buena suerte!”. Tras esto, es común comer las semillas lanzadas, una por cada año de vida. El ritual no sólo se realiza en casas, sino también en escuelas o templos.
El origen de este ritual se basa en la superstición a través de la polisemia, algo muy habitual en Japón. Por un lado, las semillas de soja se llaman “mame”; por otro lado, diablo se dice “akuma” y ojo “me”. Es por esto que se tiene la creencia de que darle a los ojos del Oni con semillas de soja para ahuyentarlo trae buena suerte.
También es muy popular comer ehōmaki (恵方巻き). Se trata de un rollo de arroz y otros ingredientes envuelto en hoja de nori. Este debe comerse de un solo bocado y mirando hacia “la dirección de la suerte”, la cual cambia cada año.