En Corea, se unen ambas festividades en un mismo día (día del padre y de la madre) y se le llama Eobeoi nal (어버이날).

Se celebra el 8 de mayo de cada año, no es día festivo nacional, pero es una fecha muy importante para las familias coreanas.
Esta celebración se remonta a la década de los años 1930, siendo un día lleno de tradición y amor filial. Al principio, sólo se celebraba el Día de la Madre por parte de algunas comunidades cristianas, pero poco a poco fue extendiéndose, celebrándose en Corea de forma oficial a partir del año 1956.

No fue hasta 1973 que se decidió incluir también a los padres, y desde entonces se cambió el nombre de esta festividad a Día de los padres.
En este día los niños compran flores a modo de regalo para sus padres. Suelen ser ramilletes de flores hechos con claveles (카네이션) de varios colores: rojo, rosado y blanco. Estas flores las colocan los niños en las prendas de ropa de sus familiares, en el lado izquierdo del pecho.

El color de los claveles depende de la situación de la persona que lo regala: si el color es rojo, quiere decir que ambos padres están vivos. El color rosado quiere decir que alguno de los dos ha fallecido, y el color blanco es que ambos están fallecidos.

Por otro lado, los niños hacen manualidades en los colegios para sus padres, además de cantar canciones en honor a ellos y otras actividades en relación a este día. Los niños de mayor edad, por su parte, suelen regalar cosas que tengan que ver con la salud y belleza.
En este día se celebran muchos eventos y abren varios museos en Corea de forma gratuita que pueden visitarse en familia. Además, también se regalan (por parte de algunos establecimientos) algunos regalos típicos, como llaveros, pequeños productos de belleza…

En la tradición coreana, el respeto a los mayores y a los padres, es ejercido durante todo el año. Esto es un pensamiento que viene desde Confucio, donde determinó el término de “Piedad Filial”, que hace referencia al amor y respeto que tienen los hijos hacia sus padres.