En honor al Día de la Mujer, os traemos una pequeña recopilación de mujeres japonesas que han sido importantes o relevantes en la historia, que se han convertido en iconos y ejemplos a seguir. Mujeres fuertes, que lucharon por su país e influyentes dentro de diferentes ámbitos.
No solo hablamos de mujeres de la antigüedad, también hacemos referencia a mujeres que actualmente siguen arrasando.
Mujeres guerreras
Durante la era feudal japonesa cabe destacar el rol de la mujer dentro de la sociedad guerrera de la época. Pese a la gran desigualdad que existía y existe entre el hombre y la mujer en la sociedad japonesa es curioso cómo nació una casta de mujeres guerreras que eran el equivalente a los samurais.
Esta casta se las conoce como las onna-bugeisha, y su traducción literal es mujeres guerreras.
Para compensar la diferencia de fuerza física que tenían con los hombres, se deshicieron de las famosas katanas y optaron por arcos y flechas o por la naginata, que es una alabarda de hoja curva, más pequeña que la katana tradicional.
Florecieron durante las épocas Heian y Kamakura, decayendo al completo durante la era Edo con el neoconfucianismo. Este promovía la supremacía del hombre sobre la mujer, así como unía el poder militar y el poder político por lo que dejó de haber espacio para las mujeres en ese ámbito.
Ahora hablaremos de 5 de estas mujeres guerreras que fueron muy relevantes:
La emperatriz Jingu
Muchos expertos creen que hay más leyenda que realidad en la historia de esta emperatriz.
La leyenda cuenta que en un tiempo donde el Japón feudal estaba siempre en guerra y las luchas entre clanes dejaban pueblos enteros vacíos de hombres, la Emperatriz Okinaga alcanzó la fama cuando se convirtió en una de las primeras onna-bugeisha del país asiático tras el fallecimiento de su marido.
Las crónicas la describen como una reina chamánica, talentosa en la brujería y hechizaba a las personas. Dicen que los dioses hablaron con la Emperatriz para que, siguiendo las indicaciones del oráculo, liderará el ejército con el fin de invadir el reino del Oeste (Reino de Silla en el suroeste de Corea).
Alrededor de la Emperatriz Okinaga, o la Emperatriz Consorte Jingū, giran decenas de mitos. Depende si provienen de chinos, japoneses o coreanos; pero en lo que todos confluyen es que la Emperatriz fue una mujer fuerte, aguerrida, que luchó contra rebeldes, traspasó fronteras, conquistó otras tierras y se mantuvo en el trono hasta el ascenso de su hijo.
Tomoe Gozen
Creció en una prestigiosa familia de samuráis. Desde pequeña la instruyeron en artes marciales y en el código bushido. Se convirtió en experta en el uso de la naginata.
Tomoe pervive en el imaginario colectivo nipón. Ha inspirado obras teatrales, literarias, artísticas; mangas, videojuegos y series. Ella destacó y pasó a la historia por ser “una guerrera que vale por mil, lista para enfrentarse a un demonio o a un dios, a caballo o a pie”.
Hojo Masako
Hojo Masako es una de las pocas mujeres que detentó por el poder de todo Japón en la sombra, detrás de toda una serie de mecanismos y tratos que le permitieron ser la mujer de la casta samurái más importante de su época.
Nacida en una familia guerrera en la provincia de Izu, cuando alcanzó la edad adulta se vio envuelta en las Guerras Gempei (1180 – 1185), el conflicto bélico que asentaría el dominio de la casta samurai durante nada menos que siete siglos. Esta guerra enfrentaba a los clanes Taira y Minamoto, que se disputaban el poder por encima del Emperador.
Mochizuke Chiyome
Tras la muerte de los dos siguientes señores de Mochizuki, Takeda Shingen recurrió a los servicios de Lady Chiyome para una importante misión: la de reclutar mujeres como asesinas o espías. Ello se debía a que Chiyome Mochizuki tenía contactos con los clanes ninja de la zona de Koga e Iga.
Las chicas que terminaban su entrenamiento se hacían pasar por monjas de altares. Con este disfraz, eran libres de viajar sin levantar sospechas, así que recibían una educación religiosa apropiada como parte de su entrenamiento para poder hacer su disfraz totalmente creíble.
Lady Chiyome se desvaneció en la historia, pero se dice que pasó su puesto como dirigente de las Kunoichi a Kosukei Ayame, quien hizo una alianza con los clanes Kurokawa y Sugitani.
Nakano Takeko
Fue una de las últimas samurais en la historia de Japón; luchó y murió en la guerra Boshin. Nació en Edo y fue intensamente entrenada en artes marciales y educada en literatura por su maestro y padre adoptivo Akaoka Daisuke. Nakano se dedicó a ser instructora de artes marciales y formó un pequeño escuadrón de samurais.
En la Guerra Boshin, que fue la última gran guerra civil de Japón, el conflicto enfrentaba al bando del shogun Tokugawa, que mantenía el poder en la isla desde hace tres siglos contra el bando imperial que quería recuperar el mando. Takeko dirigió un cuerpo de combatientes femeninas que lucharon de forma independiente. Oficialmente no formaron parte del ejército porque las mujeres no participaban de la guerra.
En la batalla de Aizu, Nakano luchó con su naginata con determinación y maestría, fue una batalla estrecha hasta que recibió un disparo en el pecho. Para evitar caer prisionera en manos del enemigo, le pidió a su hermana de combate que la asistiera en el ritual de seppuku, entonces la decapitó y enterró su cabeza bajo un pino. “No se llevarán mi cabeza como trofeo”, dijo Nakano.
Ahora hablaremos de las mujeres en la historia más reciente, desde escritoras a influencers, deportistas o artistas. Todas ellas únicas y con sus fortalezas, que han inspirado y siguen inspirando a las mujeres de Japón.
Mujeres japonesas influyentes
Murasaki Shikibu
Fue una escritora, cortesana japonesa y poetisa autora en el siglo XI de la primera novela japonesa: Genji Monogatari, obra que se ha considerado también la primera novela moderna del mundo.
Nació en el año 978, durante el reinado de la dinastía Heian de Japón. Su padre, Fujiwara no Tametoki, era un funcionario que pertenecía a la nobleza y formó parte de la corte de la emperatriz Akiko hasta 1013. Estaba emparentado de forma lejana con la familia Fujiwara, que era la familia más poderosa de Japón. Su padre le proporcionó a su hija una buena educación.
Su notable capacidad de observación le hizo reflejar con realismo todas las emociones propias del ser humano. Esto le ayudó a escribir el relato de Genji. La historia de un príncipe irreal, Hikary Genji, fue el camino para mostrar un realista retrato de su época. Murasaki supo plasmar en su obra una sociedad en decadencia que había relegado a la mujer a un segundo plano y la había hecho más que dependiente de la sociedad patriarcal del momento.
Toshiko Kishima (1863 – 1901)
Se trata de una de las primeras feministas de Japón, algo bastante revolucionario por aquel entonces. Se dedicaba a viajar por todo el país para expresar sus ideales, algo que le costó ser arrestada en varias ocasiones. Una de las grandes y más valientes mujeres de su tiempo en Japón. Un icono y ejemplo a seguir para muchas mujeres japonesas.
Ichiyo Higuchi (1872 – 1896)
Escritora japonesa del periodo Meiji. Nació en una familia samurái en medio de la pobreza. Esto inspira sus historias cortas, en que afloran temas con mucha sensibilidad, abandono y sufrimiento. Fue la primera mujer escritora reconocida en el Japón moderno. También es la cara que aparece en los billetes de 5.000 yenes.
Komako Kimura (1887 – 1980)
Fue una actriz, bailarina, editora y, por supuesto, una importante sufragista que luchó por los derechos de las mujeres. Su rebeldía fue tal, que cuando le prohibieron actuar en su teatro, lo hizo gratis para el público. Fue arrestada por ello, y eso solo contribuyó a amplificar su mensaje.
Toshiko Yuasa (1909 – 1980)
Nos encontramos ante la primera mujer físico de Japón, y de hecho se la ha conocido como la Marie Curie japonesa. Estudió radioactividad, tema por el que sentía una enorme pasión. Una gran profesional e investigadora.
Tsuneko Sasamoto (1914 – Actualidad)
Tsuneko Sasamoto es la primera fotógrafa periodista de Japón, más conocida por haber retratado el período anterior y posterior a la Segunda Guerra Mundial en territorio japonés.
Yayoi Kusama (1929 – Actualidad)
Una artista contemporánea japonesa muy excéntrica, pero al mismo tiempo talentosa. Se especializa en las esculturas y el diseño de arte tridimensional, pero ha hecho prácticamente de todo: poesía, ficción, películas, moda, actuaciones, pinturas… Su estilo es minimalista, feminista, surrealista y hasta sexual.
Chioko Mukai (1952 – Actualidad)
Chioko Mukai es la primera mujer japonesa en viajar al espacio, pero no solamente eso, se trata de una profesional que tiene conocimientos científicos multidisciplinares, e incluso es cirujana cardiovascular, con doctorado en Medicina y Fisiología incluido. Pasó 23 días en el espacio a lo largo de dos viajes espaciales.
Marie Kondo (1984 – Actualidad)
Se ha convertido en una de las japonesas más populares de los últimos años, debido a un peculiar método de organización (conocido con el nombre de KonMari). ¿Cómo funciona su técnica? Es sencillo: descarta todo aquello que no te cause alegría. Sus apariciones en medios y hasta en Netflix le han valido el reconocimiento del público en todo el mundo.
Naomi Osaka (1997 – Actualidad
Jugadora japonesa de tenis profesional que destaca por haber alcanzado la primera posición en el ranking de la WTA. Además, ha ganado numerosos torneos, y no solo eso: se ha convertido en una de las profesionales mejor pagadas del mundo. Llegó a derrotar a Serena Williams, sorprendiendo a todo el mundo.
Naomi Watanabe (2007 – Actualidad)
Naomi Watanabe es una comediante japonesa, además de actriz y diseñadora de moda. Se convirtió en un fenómeno viral a raíz de su imitación a la cantante Beyoncé. Watanabe no tiene nada que ver con el estereotipo de mujer japonesa, motivo por el que trata de desmitificar el asunto, y dar cabida a esas otras mujeres, a las que contagia con su optimismo y amor propio.
Rompe con los estereotipos sociales de cómo tiene que ser una mujer japonesa y ayuda a expresar a un porcentaje de mujeres que se sienten como ella.